En las entradas anteriores de esta serie: El Masái Mara. Interpretación en blanco y negro (I), (II) y (III), iniciamos un recorrido fotográfico por los diferentes animales que habíamos observado en nuestra reciente visita al Masái Mara, en esta y en posteriores entradas recorreremos, con imágenes en blanco y negro, este enclave típico de la sabana africana. Empezamos por los llamados "Cinco Grandes", con el León y el Elefante. Seguimos con el Rinoceronte negro y el Búfalo africano o cafre y en esta entrada, el último de los grandes, el Leopardo.
Los cinco grandes
El Leopardo
El Leopardo (
Panthera pardus) es uno de los grandes félidos más adaptables. Habita en todo tipo de hábitats, siempre que tenga un lugar donde esconderse y existan suficientes presas para sobrevivir; se encuentra presente en bosques y selvas, en las sabanas, en los sembrados y en lugares rocosos, e incluso en desiertos. En algunos hábitats, el
leopardo desarrolla formas para evadir a otros depredadores mayores o más numerosos, como es el caso del
león y las
hienas. Realmente, el único factor que limita al
leopardo son los humanos.
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En el Masái Mara pudimos observar varios ejemplares adaptados a la sabana.
Tiene una silueta bastante maciza, con la cabeza redonda y la cola larga y fina. Sus patas son potentes, con cuatro dedos en las posteriores y cinco en las anteriores, siendo todas sus garras retráctiles. Alcanzan de 91 cm a 1,91 m de longitud, más la cola que mide de 58 a 110 cm y una altura en la cruz de 45 a 78 cm. Los machos adultos llegan a pesar entre 37 y 90 kg, y las hembras de 28 a 60 kg.
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Cazan preferentemente por la noche y acostumbran a pasar el día durmiendo entre la vegetación o sobre la rama de un árbol al que trepan con agilidad. Son animales solitarios excepto en época de reproducción.
A continuación reproducimos algunas fotos, las de un macho y una hembra con su cría, esta tenia casi un año pero permanecía con la madre: